Hace unos años leí Los ojos amarillos de los cocodrilos, de la misma autora del libro que traigo hoy y, aunque no seguí leyendo la trilogía, me quedó el recuerdo de haberlo disfrutado bastante. Por ello, al ver que se organizaba una lectura conjunta para leer el primer libro de su nueva trilogía me llamó la atención y decidí probar.
Esta novela está llena de chicas. Ellas llevan la batuta. De Nueva York a París, de la Borgoña a Londres o a Miami. Chicas que inventan, se encienden, aman. ¿Y los hombres? Ellos también están. Pero son las muchachas las que bailan, bailan, bailan. Ellas hacen volar su destino esplendoroso. ¡Y esto solo acaba de empezar!
Al comenzar a leer el libro me sorprendió bastante encontrarme con una de las protagonistas de Los ojos amarillos de los cocodrilos, no sabía que este fuera una continuación de aquellos libros y me faltaban dos por leer para saber qué había sido de sus protagonistas. Ahora la hija mayor vive en Nueva York tratando de hacerse un hueco en la industria de la moda. Al parecer, sigue siendo la misma chica caprichosa y egoísta que conocimos, así que no debe de haber cambiado mucho.
Pero, al terminar el primer capítulo, segunda sorpresa. Otra historia y otros personajes. A estos no los conozco. ¿Aparecerían en los siguientes libros? (me pregunto). Parece que no, que esta historia comienza aquí. Así conocemos a Stella, una mujer luchadora y fuerte que fue maltratada por su padre y a la que ahora, ya de adulta, le sigue tocando luchar para llevar una vida llevadera para ella y para su hijo en el pueblo, un pueblo que mira para otro lado y finge no conocer la maldad de su padre.
En medio de esta historia nos encontramos con un capítulo sobre Josephine, la madre de Hortense. El capítulo nos desvela hechos importantes que ocurrieron en las dos dos últimas novelas de la trilogía anterior, lo que no me gustó, ya que no tenía descartado leerlos y ahora sé cosas relevantes que ocurren en las mismas.
Tras este capítulo sobre Josephine, volvemos a la vida de Stella.
Para mí, esta novela se divide en dos historias, la de Hortense y Josephine (que para mí van juntas porque así las conocí), y la de Stella.
Si bien Los ojos amarillos de los cocodrilos me gustó bastante y me gustaría continuar la trilogía, no me ha convencido la manera de encontrarme con sus personajes de nuevo, por una parte porque se me han desvelado hechos que ocurren en los libros que aún no he leído y por otra porque estas partes me han parecido más flojas que la de Stella. Es como si nos hubiera presentado a los personajes, cómo se encuentran, pero sin desarrollar su historia, imagino que esto vendrá en las siguientes entregas.
En cuanto a la historia de Stella, me ha parecido suficiente para un libro muy completo. Aunque al principio no sabemos nada de ella, intuimos que hay algo que la atormenta y a lo que tiene miedo, sin embargo, también vemos que es una mujer fuerte. Tiene un hijo al que protege muchísimo, pero no sabemos de qué.
Después conocemos la infancia de Stella y la historia del maltrato por parte de su padre, e incluso nos remontamos más atrás en el tiempo. No quiero extenderme más para no destripar algo importante.
Esta parte del libro me ha mantenido en vilo, preguntándome por qué actuarían así los personajes, qué habría pasado antes y qué vendría después.
El tema que trata es duro y la verdad es que no esperaba encontrarme algo así en este libro, pero, al final, ha resultado una sorpresa agradable.
En conclusión, a mí me habría bastado con la historia de Stella para tener un libro bastante redondo. Imagino que el introducir la otra historia se verá en los siguientes libros de la trilogía, pero me parece que para los que no han leído los anteriores libros de la autora puede resultar confuso.
Me quedo con muchas ganas de saber cómo continúa la historia de Stella y con la curiosidad de qué papel tendrá cada historia en los próximos libros, así que no sé si los leeré o preguntaré mis inquietudes a alguien que lo haga.
Mi puntuación para este libro: 6/10